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Barroso

Hotel & Restaurante

2010

Melipilla, Chile

Architects: Gregorio Vasquez

                   Hermann Rosenthal

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Los conceptos  que se imponen en  alma de este proyecto  son la dualidad del espíritu del caballo, el blanco y negro. Por un lado  el vigor, ímpetu, dinamismo y fuerza  que emerge y se eleva como un salto desde  la tierra, y por el otro  la calma  que inspira su quietud y mansedumbre, logran  amalgamar  tanto la experiencia  de recorrer sus instalaciones con el disfrute,  apelando  a las sensaciones,  con elementos tectónicos propios  de un espacio en comunión con la naturaleza, transformándose en el primer proyecto gastronómico-turismo   de categoría e influyente  de la zona central de Chile.

 


Está situado  en las afueras de la capital Santiago, a  unos 60 kms .  En el sector de Melipilla en la Cordillera de la Costa chilena.
Melipilla  del  Mapudungún,   Meli (cuatro) y Pillán (espíritu) concepto  fuertemente arraigado al proyecto desde un comienzo, define entonces, su posicionamiento  en el terreno disponible.  Se percibe como 2 elementos  sobre taludes, el caballo blanco y el negro   girando  en relación a estos cuatro espíritus mapuches.

El conjunto  está   inserto en la naturaleza,  tiene las mejores vistas  abiertas al llano y hacia  el oriente las altas cumbres nevadas  de la Cordillera de Los Andes. Está ubicado en un  lugar con historia campesina y patrimonial chilena,  rescata la  tradición cultural  y folclórica del caballo, en su forma y articulación de los espacios, además de  que  su entorno  brinda  al visitante  lo mejor  del valle central,  tanto en su ambiente,  colores , aromas  y gastronomía típica de  la comida chilena.
Posee una conectividad  única por estar en medianía y ser un  punto estratégico hacia las zonas urbanas, portuarias y los principales  valles  vitivinícolas del país, convirtiéndose en un eje económico capaz de vincular  la el centro neurálgico  metropolitano  Santiago  hacia el sur   a través del camino de la fruta  con Rancagua  y lago Rapel como también conectar  con  el litoral costero  de  Viña del Mar , Valparaíso , San Antonio y Pichilemu.

 


Estas disposiciones en su ubicación logística, su arquitectura, hotelería y gastronomía  que  logran rescatar a cabalidad el espíritu  de esta localidad. Hacen de este proyecto un espacio  particular al  conjugar cada una  de estas características en un solo lugar con los más altos estándares de calidad, diseño y confort que el visitante necesita.

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El proyecto  nace bajo la necesidad del cliente de diseñar   un  restaurante    que acoja la  variada e innovadora  gastronomía que realiza actualmente  junto con  una cava de vinos  de uso comercial. En  una segunda  apuesta  un hotel –spa   no solo de uso para el pasajero, sino que también para los habitantes del sector. Ligado a esto, la propuesta debía incorporar  elementos  de la tierra como son  el color  del barro o greda típico de la artesanía de la comunidad,  además de reflejar la pasión del cliente por la cultura ecuestre,  haciendo referencia  a la forma y  movimientos  de este animal, como también a la hazaña obtenida por Chile en salto alto ecuestre en 1949, al marcar el record del mundial  de 2,47 mts. Que será la referencia utilizada para la altura de los taludes  que sostiene  una de las estructuras.
Se crean  2 elementos  de  características opuestas, por un lado está el volumen oscuro,  el caballo negro, en contrapunto  está el caballo blanco.

 


Es así que el caballo negro se muestra elevado, activo, ligero  como un caballo en salto, vibrante  en el exterior, con espacios abiertos, como terrazas, miradores y anfiteatros, logrando   transportar  todo este dinamismo  al interior, a las áreas de  salones y bar,  se  observa como en la parte central donde se encuentra el  fogón,  se asemeja al corazón en analogía con el interior del animal. Entonces, se  percibe como un  órgano latente  que envuelve al comensal y hace más  exquisita  su experiencia.
Para acentuar  esta idea de movilidad  se decide sumergir las dependencias de la cava, y completar la sensación de salto, al llevar  todo lo que respecta  al mundo del vino a un subsuelo habitable, que no solo se utilice para almacenaje, sino para la exposición  y cata de las distintas especies vineras del país.  
El caballo blanco,  este volumen  llama a la calma y la quietud, se posa en el plano abriéndose  a los espacios y al entorno. Su horizontalidad favorece el dominio de las vistas, desde las habitaciones  y en áreas comunes recibe el paisaje del campo, los viñedos y  de la cordillera y lo incorpora al interior, por medio de texturas suaves, livianas y translucidas, generando espacios amplios y serenos,  marcando un sello hotelero que invitan al reposo y a la tranquilidad.

 


Desde un comienzo se consideró la historia de Melipilla,  desde su emplazamiento,  el color, textura e imagen de  su tierra y la  tradición  campesina del caballo.  
Se tomó extremo cuidado  en  el conjunto  fuera un impacto positivo,  manteniendo por ejemplo  la escala de las construcciones,  la horizontalidad ,  la integración con el paisaje, además de  querer transformarse en el punto que  vincula   el área urbana y rural de esta zona, el fortaleciendo el uso  de  elementos  autóctonos, en su arquitectura y preparaciones culinarias.
 Así también  será reconocido como un foco turístico y el principal centro gastronómico gourmet  de la región, generando trabajo directo sino que  también cientos de oportunidades  y enlaces que de forma indirecta  beneficiara  otras tantas personas.

 


El conjunto  posee estándares de calidad   de alto nivel  tanto para los productos  que se exhiben como para los usuarios. Al  ser  un proyecto horizontal, cuenta con rampas de  acceso  y desplazamiento, en todos sus niveles  tanto para discapacitados  como para personas con problemas de traslado, además considera en zonas de alturas barandas de apoyo y de demarcación.
El proyecto presenta tecnologías hacia  aprovechamiento energético en sus instalaciones y  en el funcionamiento de  estás, como son en la aplicación de la iluminación  y almacenamiento  en cavas, además de la eco-eficiencia en  la proyección  de los espacios. Por ello al momento de querer incorporar la obra al paisaje, no solo se busca la imagen de este, sino que también, aprovechar las condicionantes naturales propias del terreno en favor de la propuesta un ejemplo es el  control de la temperatura,  se hace al  situar el restaurante  opuesto al norte, este volumen protege y da sombra adecuadas para el clima mediterráneo, que en promedio anual  posee una temperatura  de 18°C, pero que en época estival, se mantiene sobre los 30°C.  Por el contrario en   el  espacio hotelero, se privilegia el asoleamiento, tanto para   las  habitaciones como al área recreativa de las  piscinas exteriores.
Luego entre los volúmenes principales se genera un corredor verde en pendiente  donde se cultivan  viñedos,  estos aprovechan  el agua  que se recibe  en el roció  en el riego, además  de ser  un  protector natural  desde y hacia el sector de piscinas.

 


Otro factor a considerar dentro de la eco-eficiencia fue el hecho de la reutilización de  elementos constructivos  como son los ladrillos de la base de los talud son reciclados de una industria de trigo Inglesa de alrededor de cien años, pertenecientes a la familia del mandante, aspecto que  gusto mucho al cliente, porque este nuevo proyecto se fundaba sobre soportes familiares. También toda la madera utilizada en el  lounge es reciclada de catorce vigas de roble ingles de la misma industria.

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En Memoria de

Rafael Aguila

Empresario gastronomico y Chef.

Y mi AMIGO

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